Lo real, lo digital y la esencia de la imagen
Por: Diana Hernández Salazar / @dianahzphoto
Es curioso como con los avances tecnológicos, uno de los aspectos culturales más importantes para la vida humana y el mundo se ha visto influenciado gradualmente, es decir, el arte.
En fotografía no se ha presentado una excepción, ya que en sus inicios implicó un proceso que requería de experimentación para su perfeccionamiento, implicaba también largos tiempos de exposición y posteriormente un trabajo cuidadoso de revelado para conseguir visualizar el resultado final de la imagen. Actualmente, la evolución que implica el arte de dibujar con luz, no puede definirse como algo negativo, pero sí un tema que se debe reflexionar, en base a ciertos aspectos.
En parte, se ha conseguido obtener imágenes de un modo más rápido y menos costoso, además de mayor variedad de cuerpos y lentes fotográficos para utilizar, dependiendo el tipo de fotografía que se realice y el resultado visual que se espera conseguir. Sin embargo, con tantas herramientas de edición y montaje que han surgido, deberíamos reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Qué es una fotografía real? ¿Quién es realmente fotógrafo?
Porque un punto a reconocer es que existe una gran cantidad de personas que desconocen los parámetros tanto emocionales como técnicos a ejecutar al momento de disparar la cámara para conseguir una verdadera fotografía. En muchas ocasiones, consiguen solucionar la mitad del asunto, sometiendo la imagen a varios minutos o incluso horas de edición en computadora; corrigiendo factores como la exposición, temperatura, encuadre y hasta el enfoque; términos que deberían ser bien entendidos y procesados antes de hacer clic en la cámara para conseguirlos desde la imagen original.
Además de todas las cuestiones técnicas y de composición que implica una fotografía, se debe también volver prioridad el manejo de las emociones y sobre todo respetar la esencia del objetivo a fotografiar, se necesita crear una conexión real entre el espectador y la foto. Esto convertirá a la imagen en algo trascendente, una verdadera obra.
Ahora bien, ¿se debe omitir completamente el uso de las herramientas actuales para el arte de la fotografía? Mas bien se debe ser consciente del resultado visual que se espera lograr y tener claro lo que se quiere contar a través de la imagen previo a disparar. Los signos que conformen el encuadre deben estar ahí desde que se realiza la toma y creando una composición coherente. Por otra parte, se requiere ser lo más estéticos posibles en las cuestiones técnicas y de composición, pero, sobre todo, se debe crear una atmósfera que involucre la emoción que se quiere transmitir y para ello el fotógrafo es el principal responsable. Todo lo anterior, con la finalidad, de requerir un uso mínimo de los programas de edición, pues deben significar un apoyo para el trabajo del fotógrafo y no una dependencia creativa y profesional. Las personas merecen ser reconocidas por su esencia, ya que eso los representa y diferencia los unos de los otros, así como la naturaleza, por ejemplo: un paisaje, un atardecer, una montaña, también merecen ser percibidos por lo que son, una asombrosa creación de la naturaleza con la que como seres humanos debemos empatizar y de no poder estar presentes en el lugar de la toma, la mejor experiencia será presenciar una fotografía fiel a la imagen. Los fotógrafos pueden contribuir a ello a través de los retratos y paisajes, aunque se debe recordar que existen diversos estilos fotográficos.
Y, por último, se debe tener claro el uso que daremos a la cámara y el enfoque al que va dirigido el talento de la persona que quiera incursionarse en el arte a través de la imagen, debe preguntarse ¿Quiero ser fotógrafo o un profesional de la edición y efectos especiales? Ninguno es mejor que otro y ambas elecciones son totalmente válidas, sin embargo, se deben diferenciar cada uno y tener claro cual se elige llevar a cabo para ejecutarlo adecuadamente, de la mejor manera y en el momento correcto o más bien correspondiente.