La primera fotógrafa mexicana: Lola Álvarez Bravo

Dolores Martínez de Anda, o mejor conocida como Lola Álvarez Bravo, es una de las artistas más importantes y representativas del renacimiento artístico post revolucionario de México. Es un ícono femenino de fuerza, independencia y mucho talento.

Se desarrolló como reportera, fotógrafa comercial y documental, retratista y artista plástica, sus obras siempre estuvieron caracterizadas retratar la vida cotidiana, el contraste entre urbano y rural del país y experimentar con el montaje y foto mural.

Nacida en Lagos de Moreno, Jalisco en 1907, inició su carrera de manera profesional en los 30s, cuando se mudó a la Ciudad de México, donde conoció a su ex esposo Manuel Álvarez Bravo, que la enseñó y alentó en el mundo de la fotografía. Logrando su primer trabajo como fotógrafa independiente colaborando con la revista El maestro Rural.

“Desde chica con mi padre pensé que yo tenía que hacer algo que no fuera común y corriente, aunque me educaron muy mal, me educaron para todo lo inútil, por lo que lo que más odié en mi vida es que me ordenaran y limitaran mi libertad”

Su trabajo retrató la industrialización del país y los efectos de la tecnología del siglo XX.

Sus inspiraciones más grande fueron Tina Modotti, Edward Weston y Cartier-Bresson.

Su primera exposición individual la realizó en el Palacio de Bellas Artes en 1944, años más tarde, abrió la Galería de Arte Contemporáneo, que se convirtió en la Galería Juan Martín en los 90s. Lola colaboró con artistas como, Rufino Tamayo, Diego Rivera, Frida Kahlo y David Alfaro Siqueiros.

“Si mis fotografías tienen algún significado es que representan a un México que alguna vez existió”

Actualmente, el archivo de su trabajo se encuentra en el Centro de Fotografía Creativa de la Universidad de Arizona en Tucson.